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Oso Polar busca comida en la basura

El verano es un momento todavía más complicado para las especies de climas congelados. Por el inminente derretimiento de las zonas árticas, se ven obligados a buscar comida en lugares en los que rara vez se hubieran acercado en condiciones normales. Esta semana, los pobladores de un pequeño pueblo industrial en Rusia vieron como un hambriento y agotado oso polar buscaba comida en su basurero y se tiraba en los pastizales congelados esperando descanso.

De acuerdo con el diario inglés The Independent, el oso polar pudo haber caminado cerca de mil 500 kilómetros desde su hábitat natural.

Una fotógrafa del pueblo industrial de Norilsk, al norte de Rusia, le comentó a los medios internacionales que el oso polar con trabajos y podía mantenerse de pie“Se ve de verdad hambriento, no puede parpadear ni mantener sus ojos abiertos, casi no puede caminar”cuenta“Caminó entre las fábricas, cruzó las calles, se tiró a descansar y luego buscó alimento en el basurero local”. 

Los ambientalistas locales dicen que es el primer oso polar que se ve en estas zonas en más de 40 años.

La policía y los servicios de emergencia local analizaron al oso polar —una hembra— a la distancia por los riesgos que un animal con estas capacidad físicas representa. A pesar del cansancio, las leyes que buscan proteger a esta especie les impidieron tomar cualquier decisión hasta no tener la confirmación del gobierno central en Moscú. El animal fue sedado y se le está atendiendo, aunque todavía no se decide su futuro: ser regresado a la costa del Ártico o ser llevado a un zoológico.

El cambio climático lleva un buen rato dañando los hábitats marítimos y congelados de los osos polares, dejándolos con pocas posibilidades de conseguir alimento. 

Los especialistas aseguran que esto ha ocasionado que busquen comida tierra adentro, lo que los ha llevado a estar en contacto con humanos o poblados. Tal vez recordarán cuando, a inicios de este año, toda una zona al norte de Rusia tuvo que declararse en estado de emergencia al recibir —por sorpresa— a una docena de osos polares hambrientos que recorrieron sus calles y entraron a sus casas.

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