Invento queretano para ahorrar gasolina

El estudiante Héctor Eduardo Cid Luna, es egresado de la carrera de Tecnología de la UNAM e integrante del Centro de Geociencias, con sede en Juriquilla, Querétaro inventó un dispositivo que permite el ahorro de combustible así, que creó un dispositivo termoeléctrico de alta eficiencia que capta la energía térmica que desperdician los motores de los autos de combustión interna, para convertirla en energía eléctrica que se aprovecha en el compresor del aire acondicionado.
Su convertidor funciona de la siguiente forma: el núcleo del dispositivo termoeléctrico convierte los fonones (vibraciones que conducen el calor) en corriente eléctrica, es decir, en electrones en movimiento. La corriente obtenida se manda a un pequeño motor que ayuda al compresor del aire acondicionado para que no haga tanto uso del motor de gasolina.
Por el momento el dispositivo de Cid Luna se encuentra en prototipo, pero espera pronto poder comercializarlo, garantizando hasta 12 por ciento de ahorro en el consumo de gasolina, “lo cual es bajo para un uso corriente, pero para uno intensivo, como el de los taxis, es bastante bueno”. El costo del dispositivo será de aproximadamente tres mil pesos,
“Un usuario promedio recupera la inversión en año y medio, y a partir de ahí lo que se ahorre es ganancia directa para él. Un taxista obtendría ese beneficio en tres meses, y si gasta alrededor de 12 mil pesos al mes en gasolina, podría ahorrar mil en ese lapso. Ello, sin contar la reducción directa de emisión de gases de efecto invernadero”, explicó el universitario durante una entrevista con la gaceta universitaria.
Aunque ya hay la aplicación de los termoeléctricos en automóviles, sobre todo en Alemania y Estados Unidos, es la primera vez en el mundo que se les da ese uso –directamente en el compresor–, por lo que el desarrollo ya está en proceso de patente.
El universitario fundó la empresa Energine, que resultó ganadora en la categoría de modelo de negocio del grupo Innovación Tecnológica, de la primera edición del concurso Impulso a la Innovación en la UNAM, convocado por la Coordinación de Innovación y Desarrollo de la propia institución, y fue finalista en el Premio Santander a la Innovación 2017.