Uno de los principales problemas que afrontan millones de personas luego de comer suele ser el famoso mal del puerco que experimentan. Esta dificultad, conocido como somnolencia postprandial, puede volverse molesta especialmente en horario de trabajo, pues luego de ingerir alimento las personas deben volver a sus labores.

¿A qué se debe? Los especialistas manejan diversas hipótesis al respecto, debido a que no existe aún evidencia contundente que pueda explicar la causa de la somnolencia.

Sin embargo, no existe un estudio que haya determinado una relación causa efecto entre el flujo sanguíneo y el procesamiento de la comida.

Otros estudios apunta a que los humanos, cuando quieren comer, tienen unas «señales de vigilancia» que nos mantienen despiertos hasta que consiguen alimento. Por ello, cuando esta necesidad se ha satisfecho, entonces los «signos» de vigilancia se desactivan y comienza la etapa de reposo.

Pero un estudio de la Universidad de Sao Paulo, en Brasil, llegó a una explicación diferente. La investigación, en la que participó un grupo de conductores, halló una relación entre la alimentación saludable y la ausencia de la somnolencia postprandial.

Los voluntarios que comían más vegetales y alimentos frescos presentaron menos sueño luego de ingerir la comida, en comparación con los que preferían productos procesados, comida rápida o gaseosa.